En la pérdida auditiva se reduce nuestra capacidad de oír, y en mayor o menor medida ésta puede ser más leve, más moderada o más severa. De cualquier modo, prevenir las pérdidas y tratarlas a tiempo en el caso que ya se hayan producido, será la mejor manera de que esa pérdida no vaya a un grado mayor, así como estimular el oído y favorecer la parte cognitiva del cerebro.
Cabe distinguir la pérdida auditiva de la sordera. La sordera se produce cuando ya no existe ninguna percepción sonora por el oído u oídos, mientras que en la pérdida auditiva sí se percibe el sonido, pero dependiendo del grado de pérdida, lo hará a más decibelios o menos según en qué frecuencias. Esto dificulta en gran medida mantener una conversación, entender lo que dicen otras personas y escuchar ciertos sonidos que ya no son perceptibles por el propio oído, por lo que se olvida que una vez los pudimos escuchar.
Tipos de pérdida auditiva
Según la parte del oído afectada los tipos de pérdida se distinguen en conductiva o de transmisión, neurosensorial y mixta.
Perdida auditiva Conductiva: afecta a la parte del oído medio mientras que el oído interno se encuentra en perfecto estado. Los posibles daños se pueden deber en parte a la cadena osicular, al tímpano, ventana redonda, trompa de Eustaquio o también al canal auditivo externo. Cualquier problema en alguna de estas estructuras del oído medio impide que el sonido pueda acceder a las células ciliadas del oído interno.
Perdida auditiva Neurosensorial: el problema auditivo se encuentra en el oído interno pudiendo afectar a la cóclea, el nervio auditivo o alguna de las vías que llegan a la corteza cerebral. El oído medio se encuentra bien mientras porque sus estructuras no están dañadas y puede transmitir el sonido, pero al llegar al oído interno, debido al daño de algunas de sus estructuras, el sonido no es detectado por el oído interno.
Perdida auditiva Mixta: la pérdida mixta tiene la peculiaridad de ser una combinación entre la pérdida conductiva y la neurosensorial.
Además, según este artículo científico , también existe la pérdida central y la pérdida funcional. La pérdida central hace referencia al tronco cerebral, un ejemplo claro es cuando la persona escucha, pero no entiende lo que le dicen.
En cuanto a la pérdida funcional, hace referencia a una pérdida no orgánica, siendo esta voluntaria o involuntaria.
Baremo de pérdida auditiva
Para saber qué tipo de pérdida tiene el paciente nos guiamos por el siguiente baremo:

Como podemos ver en el gráfico representado, la audición normal se encuentra entre los 0-20dB. Empezamos a tener una pérdida de audición leve entre los 20-40dB. Nos debemos plantear el uso de audífonos a partir de ahí, porque la pérdida moderada empieza cerca de los 40dB y hasta los 70dB. La pérdida severa se encuentra entre los 70-90dB, y hablamos de pérdida profunda cuando ya pasamos de los 90dB.
En todos los casos, en mayor o menor medida, según la pérdida auditiva se ve afectada también la comprensión en el habla, sobre todo en ambientes ruidosos donde tenemos que focalizar el sentido del oído para entender qué nos están diciendo.
Audífonos según la pérdida auditiva
Una vez sabida la pérdida auditiva el audioprotesista es el que tiene la elección, teniendo en cuenta las necesidades y preferencias del paciente, de seleccionar el audífono más apropiado.
Existen diferentes tipos de audífonos:
RITE o miniRITE (receiver in the ear): van situados detrás de la oreja, el micro también se sitúa ahí, arriba del pabellón auditivo. El canal auditivo está abierto por lo que el sonido llega de manera natural. Son de un tamaño pequeño puesto que el auricular, unido al audífono, va por fuera directamente al canal auditivo en forma de cable fino, junto con un micromolde o tulipa que se introduce en el oído. Es recomendable para pérdidas de leves a moderadas, siempre y cuando conserven las frecuencias graves, evitando la oclusión.
BTE (Behind the ear): este tipo va detrás de la oreja como su nombre y siglas indican. Es un tamaño tirando a grande porque lleva todos sus componentes dentro, incluido el auricular, y por eso también pueden tener más prestaciones tecnológicas. Para transportar el sonido suelen llevar un tubo, que puede ser más fino o más grueso, y un molde hecho a medida que sella el conducto y se sujeta en él. Se suele prescribir para pérdidas severas.
POWER (high power hearing aid): son los más grandes que existen y van detrás d ela oreja. Llevan un tubo grueso para conducir el sonido hasta el oído, junto con un molde hecho a la medida. Está indicado para pérdidas profundas, por eso al ser más potentes también ofrecen más amplificación.
Después podemos encontrar los audífonos intracanales, todos van a la medida del canal auditivo del paciente pero en ninguno de los casos podrán llevarlos personas que tengan mucho cerumen o con un conducto auditivo muy estrecho. Son pequeños pero también tienen menos prestaciones porque en ese espacio tienen que ir todos los componentes electrónicos. Podemos encontrar tres clases de audífonos intracanales: los de media concha (HS), en el canal (ITC) y completamente en el canal (CIC).
HS (half shell): son los llamados “de media concha”, se hace a la medida del oído. De todos los audífonos hechos a medida este es el más grande porque ocupa también la concha. Recomendado para pérdidas auditivas de leves a severas.
ITC (in the canal): “en el canal” porque se introduce en el canal auditivo aunque será visible la pletina del audífono, donde se encuentra el portapilas y el control de volumen. Este tipo de audífono se prescribe para pérdidas de leves a moderadas/severas.
CIC (completely in the canal): de todos los audífonos intracanales estos son los más pequeños e invisibles porque van completamente dentro del canal auditivo. También está recomendado para pérdidas de leves a moderadas.

Bibliografía
https://www.nidcd.nih.gov/es/espanol/perdida-de-audicion-en-los-adultos-mayores
LIBRO-BLANCO-SOBRE-DISCAPACIDAD-AUDITIVA-HELIX-Ámbitos-de-actuación, recursos, ayudas y protocolos. Federación de Asociaciones por la integración del Sordo en la Comunidad Valenciana.